domingo, 10 de abril de 2011

Comenzaron las promesas

Ya se vino el trajín político nuevamente, ya se dejan ver timidamente los candidatos y precandidatos a los cargos de elección popular que se eligirán en el mes de octubre; algunos contadísimos con la convicción irrefrenable de que se está ante un deber ciudadano que busca por un mejor futuro para todos; pero los demás - que en esta tierra sin dolientes son la inmensa mayoría - solo los motiva su sed de poder y dinero. A la larga que tanto es! ... Si es común escuchar que a la hora de la verdad a Santa Marta y al Magdalena no los salva ni Mandrake, y mejor que no los salve nadie porque así se justifican las promesas fantasmales, las pésimas gerencias y administraciones, la repartición de concesiones y contratos, las obras inconclusas, o las pocas concluidas que representan cuentas de muchos 000000000000´s para los intereses particulares.

Ya comenzó el circo, se viene el mayor espectáculo esperado por sabandijas y zorro chuchos; ya se están dando las conversaciones con los lideres de barrio quienes a la larga son los encargados de conducir a la masa popular hacía la miseria perpetua a cambio de algunos pesos y favores - lo que instantáneamente los  convierte en meros tramitadores dentro del circulo de corrupción y podredumbre que nos agobia. 


Ya comienzan a tasarse las simpatías políticas  y las promesas a uno y a otro lado del fragor electoral; ya se cocinan los poderes maléficos, las mentiras disfrazadas o mejor aún las verdades a medias, los guiños postizos, y los pactos diabólicos; los cuales salen a relucir cada 4 años en éste el mejor de los sistemas de gobierno creado por el hombre "La Democracia"; sin embargo en nuestro ambiente local y hostil tal término está más cerca de describirse como una "Vomitocracia".

Mientras tanto aquellos que verdaderamente les preocupa su entorno ciudadano y osan por lanzarse a la aventura electoral, deberán tratar de convencer con sus ideales a una masa egoísta y conformista que idolatra al posesivo ¡MIO! pero que desconoce la virtud del ¡NUESTRO!; además tendrán que competir contra grandes capitales de campaña algunos de procedencia non sancta; como lo  es natural en este juego sucio les tocará lidiar contra las trampas y actos ilegales que rondan por doquier; y ... finalmente si por gracia divina su propuesta es elegida por los votos de opinión (montaraces en nuestro mundo electoral), entonces deberán mantenerse firmes en sus convicciones y no ceder ante el "sistema" que tratará de engullirlo entero con su corrupción voraz. 


Aquellos lectores que creen que es posible un poco de justicia social en esta sociedad marchita, les recomiendo empiecen por conocer las hojas de vida de los candidatos, no participen en la compra-venta de votos (por el contrario denuncienla), sean los primeros veedores de su comunidad, y si no les gusta ningún candidato sencillamente voten en blanco (contrario a lo que muchos piensan acerca del voto en blanco, si este es lo suficientemente representativo, sirve de mucho) de esa forma iremos cambiando conceptos y malas costumbres.


Para aquellos que se pasan la vida quejándose de la situación y no hacen nada al respecto, los insto para que sean los artífices del nuevo liderazgo político, pero háganlo de manera transparente, teniendo siempre al bien común como punta de lanza. Es una frase de cajón el escuchar cotidianamente que somos más los buenos que los malos, ya está bueno, es hora de demostrarlo.


El Magdalena y sus municipios necesitan de verdaderos defensores, que den la pelea contra cualquiera que se oponga al progreso, sin importar si estamos ante personas naturales o jurídicas, si hacen parte o no de un contubernio político-económico, si son pequeñas empresas o compañías trasnacionales, si cotizan o no en la bolsa, o si operan bajo lazos familiares cual mafia siciliana; da igual quienes sean, lo verdaderamente importante es salir del atraso lo más pronto posible, pero para ello la conciencia del pueblo debe estar unificada, ser una sola. Esa es la única vía.


Notícula: Con incredulidad he sido testigo muchas veces que los intereses generales han sido pisoteados por sentencias judiciales que benefician a particulares; la Rama Jurisdiccional del Poder Público deberá reflexionar acerca de los principios y pilares sobre los cuales fundan sus decisiones. Hace rato muchos Honorables Jueces de la República confundieron el término de juzgar por el de co-legislar.