B.G. Rafael Hernández Pardo |
Carlos Bermúdez Cañizares |
Nuestra sociedad caótica, muy propensa a la pereza mental, a la desidia de la omisión y a esperar a que el político de turno se acuerde de las promesas electorales y se ponga el traje de “Redentor del Pueblo” va de mal en peor.
¿Por qué ello? Sencillamente y me duele decirlo porque en nuestro amado Caribe, la política no es la convicción ciudadana que propende por un mejor devenir…Sino que sencillamente ese noble arte se convirtió en un simple negocio, en donde se invierten $5 para sacar $35; en donde existen vendedores, compradores, especuladores, tramitadores, lagartos y otras sabandijas y donde todos trabajan alrededor de un circulo vicioso indómito y vulgar, que compra conciencias y castiga severamente a un pueblo condenándolo a la pobreza perpetua.
Y qué hay del voto de conciencia… Es fugaz y efímero en nuestra cultura, lo cual nos convierte en ciudadanos neandertales y tercermundistas dentro del tercermundismo; sin embargo y muy a pesar de ello “el espíritu del pueblo” debe seguir vivo y no puede desfallecer ante tanta indiferencia…Pero la lucha será voraz y casi que apocalíptica pues en este momento no existe una conciencia social, sino que los avatares se resuelven de facto al llenar el estomago de los cuquecos, culebros y pichones de burócratas con ofertas truncadas y chichiguas.
¿Pero un momento, no todo el tiempo fue así cierto?
Claro que no, antes del boom de la maracachafa las cosas eran un poco diferentes, si bien siempre han existido vampiros chupasangres, por lo menos en otras épocas había mejores gobernantes, no eran impuestos por las mafias sino que eran ciudadanos de bien prestando un servicio público.
Traigo a colación los casos de 4 Gobernadores excepcionales que tuvo el Departamento del Magdalena en tiempos de la violencia y la post violencia: Manuel J. Del Castillo, Abraham H. Mora, Brigadier General Rafael Hernández Pardo y Carlos Bermúdez Cañizares.
De los dos primeros se dice que su principal preocupación fue la educación del Departamento y que ésta mejoró sustancialmente bajo sus mandatos. Del General Hernández Pardo se afirma fue un líder progresista que le apostó al turismo, impulsó la Carretera al Rodadero y supervisó personalmente las obras pues era Ingeniero del Ejercito Nacional (constataba la calidad de los materiales y no se dejó meter gato por liebre en la contratación). Y del Dr. Bermúdez Cañizares persona de excelsas virtudes fue el único que pudo meter preso al “cien veces investigado” inteligentísimo pero siempre mañoso “Nacho Vives”.
En tiempos más modernos los Gobernadores que se destacan fueron: Clemente Díaz Granados, José Ignacio Díaz Granados, Fernando Ávila Peña, Sarita Valencia, y Rodrigo Pimienta.
Ahora bien en cuanto a Alcaldes se refiere tuvimos a: Álvaro Dávila Barreneche, Anita Sánchez (desterró de Santa Marta a los Cárdenas y Valdeblanquez en plena guerra), Carlos Proenza Lanao, Pacho Dávila Ricciardi, Jaime Villareal Torres, Rodrigo Pimienta (nuevamente) y Alfonso Vives Campo (Saneó las finanzas municipales).
Ahí tenemos a los héroes del pasado, hagamos un esfuerzo y reconstruyamos nuestra memoria histórica y política, y por sobre toda las cosas volvamos a los orígenes en donde el ejercicio político era un honorable servicio ciudadano y no una manera de hacer fortuna.
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