Al fin llegó el rescate tan anhelado por todos los compatriotas colombianos de un grupo de secuestrados, incluyendo a Ingrid Betancourt. El tan apreciado botín de guerra que los miembros de las FARC se ufanaban de tener ya están libres en compañía de sus familiares; claro está es solo una parte de los cientos de secuestrados, todavía faltan muchos militares, civiles y dos políticos.
Pero porque este golpe tan mediático resquebraja a los mismísimos tuétanos de las FARC, tal vez porque se demostró (esta vez de manera contundente) que la política de seguridad democrática llegó hasta las fibras más intimas del Secretariado, gracias a una maniobra engañosa-embustera propia de la inteligencia de elite , que los dejo muy mal situados ante la opinión pública mundial.
El operativo de rescate dejó a las Fuerzas Militares colombianas como una de las más capaces y competentes en cuanto a la inteligencia, la contrainteligencia y la lucha antiguerrillera y terrorista se refieren, que bueno que once soldados y policías del país del sagrado corazón de Jesus hallan recuperado su libertad al igual que tres contratistas estadoudinenses; pero la liberación de la señora Betancourt tiene un ingrediente adicional.
Recordemos que a la larga se trata de una ciudadana colombo-europea (continente donde existe en muchas mentes una credibilidad positiva “de cortina de humo” hacía las acciones guerrilleras). El hecho de que Ingrid esté en Francia haciendo lobby para desmeritar el accionar bárbaro de un grupo que se quedó sin ideales hace demasiado tiempo es un gran logro para nuestro país. Incluso el Zeus revolucionario latinoamericano por antonomasia - Fidel Castro - expresó su opinión acerca de la crueldad del secuestro, añadió que la guerrilla colombiana nunca debió usar esa práctica como instrumento de disuación político-militar.
Si los anteriores golpes dados a los FARCsantes fueron duros; este sí que debió dolerles donde sabemos, pues ya son los propios lideres de izquierda de la América socialista quienes han instado por un cambio de actitud. La semana pasada Chávez se quitó la máscara de diablo de carnaval y se vistió de monaguillo episcopal manifestando que ya era hora que la guerrilla entregara las armas y empezaran un proceso de paz.
Como vemos los cambios positivos que se avecinan apuntan hacía un norte pacifico en donde observamos que LAS FARC DEBERÁN ANGUSTIOSAMENTE PENSAR DE MANERA SERIA EN DECLINAR SU PROYECTO MILITAR, ojala entiendan que este es el momento para ello, y sean concientes que si desquitan su rabia e impotencia con los demás secuestrados, solo estarían dando excusas para que la comunidad internacional los aniquile de una vez por todas.
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