domingo, 13 de diciembre de 2009

El palpable renacer del Centro Histórico


El pasado 10 de diciembre fue la entrega oficial de las obras del Plan Especial de Mantenimiento y Protección – PEMP Centro Histórico (Primera Parte), por parte del Gobierno Central para con el Distrito, en donde debemos reconocer el esfuerzo, voluntad y liderazgo del Vicepresidente Francisco Santos en todo este macro proyecto, el cual fue impulsado conjuntamente por el Ministerio de la Cultura, y en donde su Resolución No. 1800 de 2005 se convirtió en el principal caballo de batalla jurídico que trató de sacar adelante un Centro lúgubre, siniestro y deteriorado por todo y por todos, y la cual lo convirtió en una realidad renacentista, orgullo de todos los samarios.

Largos años de lucha tuvieron que pasar para ser realidad estas obras que se entregaron, los problemas con algunas comunidades y muy especialmente con los enemigos de siempre, aquellos que les duele el progreso de Santa Marta, fueron el pan de cada día, algo en lo que debemos recapitular y reflexionar entre todos. Como ejemplo solo cito el hecho que en la ejecución de las obras del Parque San Miguel, estas se hubieran demorado 2 meses más de lo previsto porque la cancha múltiple cambió de sentido este-oeste al actual norte-sur. Diferencias pequeñas que tenían un sentido lógico porque ahora el sol se refleja de lado y no directamente en la cara de los ciudadanos; sin embargo en su momento algunos habitantes del sector auspiciados por la mala prensa de siempre, criticaron sin cesar y obstruyeron la construcción que era para el bien de todos, lo único que les faltó hacer en su momento fue una marcha al frente de la Alcaldía como ya están acostumbrados a hacerlo.

Lo cierto es que el Plan Centro es una realidad, y claro falta seguir trabajando porque es menester continuar con los cambios. El Alcalde le solicitó al Vicepresidente Santos tener en cuenta en la segunda parte del proyecto la solución al problema social (vendedores informales) ya que el espacio público debe recuperarse como tal; por lo que se presentarán formalmente al Despacho del Vice algunas posibles soluciones que serán realidad, si y solo si, se consigue el apalancamiento por parte de Gobierno Nacional. A lo anterior el Dr. Santos se comprometió a gestionar dichos recursos, para así de esta manera hallar la reconversión económica de al menos 1300 vendedores informales.

El Teatro Santa Marta es otro de los puntos en donde se necesita un capital importante para su recuperación, y es que tenemos que rescatar a este escenario cultural de su actual estado comatoso.

De igual forma es necesario que el Gobierno Nacional auspicie la reconstrucción de las antiguas casonas del Centro Histórico, las cuales muchas amenazan ruina, por lo que ciertos incentivos tributarios y crediticios que permitan tal remodelación son bienvenidos para tal fin. Debemos tener en cuenta que la mal llamada zona de tolerancia debe ser reubicada hacía otros sectores, de esta manera dándole espacio a una inversión pública y privada de mejores calidades y servicios.

A la Policía Nacional le corresponde un papel preponderante en este nuevo resurgir del Centro más antiguo de la América del Sur, por lo que las tareas de seguridad y vigilancia necesariamente tendrán que redoblarse.

Samarios siéntanse orgullosos de su Centro, vuelvan a él y disfrútenlo.


P.D. Como dato curioso de la ceremonia de entrega el Vicepresidente Santos manifestó que desde tiempos seculares Cartagena de Indias ha sido la sede alterna de la Presidencia de la República, pero que Santa Marta es la sede de la Vicepresidencia, acto seguido se vistió la camisa del Unión y con su inexpugnable acento rolo exclamó: “Sopla Ciclón”.

martes, 1 de diciembre de 2009

El puente de la Araña: Trasfondo de nuestra realidad inmoral


No se logra entender como una decisión administrativa justificada de demoler un puente peatonal haya suscitado toda clase de reacciones negativas en su entorno; el puente José Eduardo Gnecco más conocido como La Araña, contaba con serios daños en su estructura (certificados por la Sociedad Colombiana de Arquitectos, y la Regional de Ingenieros) y el cual era una amenaza latente para peatones y vehículos.

La inconformidad de algún sector de la ciudadanía por tal demolición, convocó a una marcha a la que por mucho había 200 personas, la cual fue liderada por algunos “honorables” concejales y algunos medios de prensa que están en desacuerdo con las políticas expedidas por el Alcalde Distrital. El punto más alto de ebullición de estas protestas tuvo lugar el día sábado 21 de noviembre cuando se presentaron disturbios entre la Policía Nacional y un grupo de personas, que dejó como resultado 2 heridos y algunos daños materiales.

Aquí tenemos que ser muy claros, una cosa es que el Alcalde traté de planificar y reorganizar a una ciudad en la cual muchos de sus ciudadanos quieren seguir viviendo en el periodo paleozoico; y otra muy diferente es provocar situaciones incendiarias cada vez que el Burgomaestre tome una decisión, así esta sea acertada, ese boicoteo permanente y esta doble moral con la cual siempre se han manejado las cosas, en donde se esconden a la larga oscuros intereses, son elementos nocivos para la armonía de la ciudad.

Por que diablos la gente reacciona tan violentamente contra cualquier intensión de mejoramiento ciudadano, acá estamos ante un puente que no prestaba ningún servicio eficiente a la ciudadanía y al presentar daños estructurales nos encontrábamos ante una bomba de tiempo.

Cada uno de los revoltosos que participaron en estos hechos violentos deberán reflexionar el porqué de su conducta, es que acaso no piensan que con ello estamos dando pasos hacia atrás en la escala evolutiva de las civilizaciones, si seguimos empecinados en ver al mundo en blanco y negro nunca nos desarrollaremos como ciudad. Por esa intersección de la Carrera Quinta con la Avenida Santa Rita deberá pasar una línea del sistema estratégico de transporte (nuestro transmilenio criollo) por lo que el Puente de la Araña además de las suficientemente motivadas razones técnicas, estorbaba para la obra; entonces dejemos de darnos golpes en el pecho y quítense la máscara de repentina moralidad; es mejor entre todos tratar de sacar a Santa Marta adelante, no más talanqueras de unos ciudadanos que dicen de dientes para afuera querer a su ciudad pero que les encanta vivir en el más profundo de los submundos del Hades, si jalonamos todos para el mismo lado el progreso será cada día menos esquivo.