Los habitantes de este Caribe, alegre y tropical debemos estar muy esperanzados y orgullosos, pues nuestras expectativas de alcanzar el millón de votos por la caribeña autonomía regional fueron gratamente superiores a las presupuestadas, y es que finalmente 2'502.726 personas dieron el SI por nuestra anhelada tierra.
Este ejercicio pedagógico puso en evidencia el inconformismo de un pueblo que pretende luchar pacíficamente por su futuro, aquí no solo se prendieron las alarmas del Congreso de la República, sino que diferentes organizaciones internacionales tildaron de un gran valor político y democrático lo ocurrido el pasado 14 de marzo. Claro está, nuestra total determinación de convertirnos en la primera región oficialmente constituida en la República de Colombia, logró que gallinazos de Cundinamarca, Antioquía y El Valle, quieran seguir nuestros pasos y "montarse" en el tren de la autonomía. En este punto me asalta una duda ¿Acaso no fueron personas de estos departamentos quienes por secular seculorum boicotearon nuestro ancestral deseo de ser autonómicos o por lo menos más independientes del poder central? Bueno así es la vida, lo que realmente necesitamos es igualar un poco la brecha existente entre los departamentos ricos y los pobres; o más bien entre la Región Central (por obvias razones la más poderosa) y las subvaloradas Regiones Periféricas.
¿Y ahora en que es necesario trabajar? pues debemos procurar por dos cuestiones fundamentales, a saber: 1) Que el Fondo de Compensación Regional sea un hecho, y 2) Básicamente que nuestra bancada congresional caribeña´permanezca unida, con el firme propósito de sacar adelante la nueva Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial (aquí será muy importante conseguir el apoyo de los gallinazos y palomos andinos); premisas importantes para que verdaderamente sea real y palpable nuestro sueño y misión por un mejor Caribe. Esto no solamente debe quedar en Home Run, nos hace falta un Grand Slam, y ojalá un juego perfecto para poder finalmente ganar la serie "Barriendo".
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