miércoles, 29 de octubre de 2008

Rescates Fashion Show










Con mucho jubilo recibimos la noticia de la liberación de Oscar Tulio Lizcano, después de 8 años el parlamentario volvió al seno de su hogar a tratar de recuperar una vida que jamás será la misma; la sociedad colombiana lo recibe con los brazos abiertos y los ojos llorosos tal vez porque en la maleza todavía quedan un montón de compatriotas sumidos bajo la tortura, la degradación y la muerte que les respira a cada segundo en la nuca pero que ojala nunca les llegue.

El solo cuerpecillo y semblante del recién liberado demostraban los 8 infiernos de intemperie salvaje, malos tratos y barbaries a los cuales fue sometido; su mente todavía estaba en shock y de pronto cámaras y flashes lo encandilaban por doquier, celulares a su alrededor sonaban con un ringtone de Peter Manjarrez o tal vez de Vicente Fernández, y las voz chillona de algún periodista sin escrúpulo le zumbaba los tímpanos. Por Dios que es esto, ¿ese es el trato que se le debe dar a un hombre que está desnutrido, deshidratado, recuperándose de un paludismo y sin mencionar el trauma que le produjo habérsele escapado a la guerrilla de las FARC en una correría por la jungla al filo de la muerte?

Porque el Gobierno y las fuerzas armadas bajo la coalición Uribe – Santos quieren seguir mostrando a los liberados o rescatados como botines de guerra. Son seres humanos que apenas están reaccionando ante el mundo avasallador y lo primero que requieren con extrema urgencia es un exhaustivo chequeo médico y psicológico. Al señor Lizcano lo llevaron a un circo de rueda de prensa improvisada, en donde los perros de presa (periodistas) lo bombardearon con preguntas sin sentido, y éste casi desmayándose solo atinó a decir “perdónenme si me equivoco pero mi cabeza todavía no está en su sitio, y de pronto me equivoco al hablar”.

Me opongo rotundamente a esta rimbombante y depredadora forma de hacer noticias en vivo; los medios y el gobierno degradan a una persona que lo único que necesita es descansar y reponerse de sus males, su mente disociada está para terapia intensiva ante el primer psiquiatra que se le aparezca, pero no, es muy conveniente exhibir ante la opinión pública a un moribundo con cara de Robinson Crusoe después del ebola, para así demostrar que la política de seguridad democrática si funciona. Claro que ha funcionado por eso voté por usted presidente, pero no se exceda en promocionar su popularidad ni la del Ministro de la Defensa y la de la cúpula de las fuerzas armadas a costillas de un patogénico recién rescatado que todavía no ha asimilado lo sucedido.

En eso hay que reconocer que los gringos nos llevan años luces, lo primero que hicieron las autoridades norteamericanas en el caso del rescate de los tres contratistas fue internarlos en un hospital, y claro luego al cabo de unos días les dieron de alta, no sin antes programar una estrategia para protegerles su intimidad y sanación mental pues los defendieron de los constantes acechos que la espectacularidad amarillista y carnivora de los medios masivos de comunicaciòn les tenian preparados.
Menos sensacionalismo de la Colombian Media Trade Mark al servicio de un gobierno (que està decayendo ùltimamente para pesar de todos). ¡NO SEAN TAN MISERABLES!


lunes, 20 de octubre de 2008

¡Cultura ciudadana, pa`allá vamos!



El grupo de Corpovisionarios (creado por el Dr. Antanas Mockus), está adelantando el trabajo de cultura ciudadana en nuestra amada urbe; y aunque la tarea es ardua, muy ardua, existe una anécdota que reconforta el alma samaria y que sería bueno que la revisáramos con lupa: Uno de los estudios base con el cual empezó su análisis la Corporación fue una encuesta de diciembre de 2006 realizada por la Fundación Terpel, la Universidad del Magdalena y la Sociedad Portuaria de Santa Marta; en ella se demuestra que comparándola con ciudades como Cali, Bogotá, Pereira y Neiva, Santa Marta obtuvo el mayor porcentaje de ciudadanos que sienten mucho orgullo por su ciudad (el 92% de los encuestados).

Lo anterior significa que de ser cierto que el 92% de los samarios se les hinche el corazón cuando le hablen de su ciudad, entonces estamos ante una gran esperanza en cuanto a su recuperación y progreso, sin embargo hay que resaltar que debemos trabajar mucho para doblegar a la indiferencia y desterrar la convivencia con la ilegalidad que nos ha caracterizado últimamente. Si hacemos una auto critica constructiva y la ponderamos con la ciudad que realmente queremos tener entonces nos daremos cuenta que el amor propio y el sentido de pertenencia ciudadano no representan nada (cero) sino actuamos para propiciar los cambios que requerimos con urgencia.

Los resultados de la encuesta completa están en formato PDF, a los interesados se los puedo hacer llegar vía email.

sábado, 11 de octubre de 2008

Radiografía criminal samaria



Que Santa Marta como la mayoría de ciudades pequeñas era un remanso de paz, hasta hace medio siglo no tiene discusión. Que existía solidaridad y tolerancia entre sus ciudadanos y que nos considerabamos personas tranquilas, menos aún. Al parafrasear al Gran Charles - nuestro músico más querido - con su "Soy pacifico soy caribe y en Santa Marta juego fútbol con el Pibe" nos damos cuenta de nuestra esencia, descomplicada y noble.


Entonces un interrogante me está retumbando la conciencia y carcomiéndome las vísceras ¿Qué diablos fue lo que nos pasó?

¿Por qué terminamos en estos tiempos muy parecidos al lejano oeste, en donde hay desorden, caos e inseguridad en cada esquina de la ciudad?

Obviamente siempre han habido malos elementos en cualquier sociedad; pero definitivamente lo que hizo que mas personas se pasaran al lado de la ilegalidad y probaran que el dinero les daba un poder ilimitado que los convertía en semidioses fue el narcotráfico, ese factor degenerador convirtió al mafioso no en un super hombre, sino en un anti hombre. Y es que no todos tuvieron la cultura y la capacidad de asimilar que de la noche a la mañana les dijeran patrón y sentirse dueños de una infraestructura que les permitiría aniquilar por completo a todos los enemigos que encontraran a su andar (esa era la cuenta de cobro del negocio, el narcotráfico trajo ambición, traición y obviamente muchos enemigos).

Toda esa historia criminal el Departamento del Magdalena y su capital Santa Marta la han padecido durante los últimos 40 años, en donde hoy en día no existe una cabeza visible sino que el negocio sigue dirigido desde el anonimato por grupos de fascinerosos. Los nuevos cambios en las estructuras criminales, la improvisación en el proceso de desmovilización de los paramilitares, y la desidia de los gobernantes de los últimos tiempos han ayudado para que el crimen haya crecido y continúe desarrollándose de diferentes formas. Esa es la cuenta de cobro que le está pasando la historia a nuestra ciudad por haber sido el emporio del negocio de la marihuana y luego de la cocaína en Colombia, por haber sido y seguir siendo el refugio de muchos inmigrantes delincuentes y por haberse consolidado como una de las capitales del llamado fenómeno paraco en el país; estas tres causas se retroalimentaron entre si y lo siguen haciendo hasta el día de hoy.

Con esto no quiero decir que me esté oponiendo a la inmigración, esta siempre ha sido positiva para el desarrollo económico y social de una región, claro que lo es, bienvenidos los ciudadanos de bien que vinieron a ver crecer sus familias y a crear empresas dentro de la legalidad, mil veces mil bienvenidos. Lo que sucedió aquí es que en los últimos 40 años llegaron muchos semidioses anti humanos que destruyeron por completo la noción de ver la vida que tenía el samario y el magdalenense, nos pusieron una 9mm o tal vez un Ak-47 en la cabeza y nos hicieron olvidar de nuestras costumbres; luego a muchos de esos semi dioses su trágico destino los acorraló y ahora están en el ocaso; y claro hoy día sus peones son los que mandan - huérfanos del sistema criminal - sedientos por ganarse la vida con lo único que saben hacer matar, extorsionar, atracar, secuestrar e intimidar.

Cambiemos la ley de la pistola por la ley de la cultura y el civismo, y al mismo tiempo fortalezcamos nuestras fuerzas de policía para darle duro a tanto sinvergüenza que anda suelto.