miércoles, 19 de agosto de 2009

Latinoamerica y su insuperada Guerra Fria






La historia actual Latinoamericana parece ser la misma que nos caracterizó como republicas endebles durante los años 60s y 70s, y es que la lucha Socialismo Vs Capitalismo no solo impidió salir del oscurantismo social en el que siempre han estado inmersas nuestras naciones, sino que manchó de sangre nuestra tierra desde el Río Grande hasta el Cabo de Hornos.

Y es que a pesar que la guerra fría terminó hace muchos años, y aunque la economía contemporánea devoró por completo las ideas marxistas leninistas y todo sueño disoluble de justicia social, debemos tratar de seguir adelante como Estados Latinoamericanos y como ciudadanos de unas naciones que poco a poco procuran por el progreso, lo anterior sin tratar de abrir las cicatrices de unas guerras de las cuales la humanidad ya se estaba reponiendo.

El conflicto Capitalismo-Socialismo quedará en la historia universal como aquella dicotomía dialéctica de carácter político-social que más muertes ha producido a la humanidad, solamente comparable con la época de las cruzadas y la Segunda Guerra. En la mitad del siglo XX entramos en un letargo bélico-racional mal llamado “la Guerra Fría”, la cual trajo como consecuencias los conflictos de la posguerra acaecidos en todo el globo terráqueo desde Corea, pasando por Vietnam, los paises africanos, Afganistán y obviamente en nuestra Latinoamérica en la cual germinaron silvestres.

Los últimos bastiones de esa guerra comenzaron a caer en el año de 1989: al piso se fueron el Muro de Berlín, y más adelante con él la Unión Soviética y todo lo que ella significaba. El gran artífice de este cambio político económico fue Mijaíl Gorbachov con sus Perestroika y Glasnost. Solamente la Isla de Cuba se resiste al cambio y aunque ahora su PIB se debe casi exclusivamente a los dineros generados por el turismo (léase capitalismo) sigue enarbolando una bandera roída por el paso de las guerras y el tiempo, mientras su gente se muere de hambre. Y es que ahora incluso tenemos a la gran potencia roja-amarilla, la China de Mao, la cual es la máxima proveedora del sistema capitalista mundial y sin embargo se autodenomina socialista (y si no me creen mirense los zapatos, ropa, cualquier electrodomestico, etc).

No tengo nada en contra del ideal humano, pues este va intrínseco en cada uno de nosotros, y es por eso que Tomás Moro con su “Utopía” abrió los ojos del mundo en su momento. Ni que decir del gran Eduardo Galeano y su Biblia “Las Venas Abiertas de América Latina”. Sin embargo este sueño secular del hombre no puede ir en contra de si mismo, en otras palabras, el fin nunca podrá justificar los medios, en la medida en que se quiera revivir una guerra ideológica la cual ya parecía estar superada, entonces perderemos todos.

Los resultados de un gobierno no se miden por el hecho de estos pertenecer a tendencias de Izquierda o de Derecha, pues los ha habido exitosos en ambos sentidos y a la vez han existido fracasos tanto en uno como en otro bando del pensamiento político.

Loable y admirable la forma como está gobernando al Brasil el presidente Lula Da Silva, es un socialista moderno que busca el bienestar de su pueblo, siempre bajo el paradigma de la concertación y el dialogo franco, sin diatribas y malos tratos y mucho menos sin intereses guerreristas.

En contraposición tenemos al mal gobernante Izquierdista Latinoamericano: Hugo Chávez, cuya verborrea hace honor a su gestión y forma de ver el mundo; el cual es una amenaza latente para la región, pues a pesar de creerse la reencarnación de Bolívar, la realidad es que está más cerca de ser la de Stalin, y como Don Quijote ve enemigos donde no los hay.

Otra fuera Venezuela si de verdad se utilizaran los petrodólares en el bienestar del pueblo. Es difícil imaginar que el país vecino padezca de problemas en el sector de la salud, la educación y la alimentación. Y es que si de verdad hubiera un verdadero compromiso social me atrevería a pensar que Venezuela tendría la calidad de vida de un Emirato. Pero tristemente no es así y lo que este señor ha provocado es polarizar al Bravo Pueblo lo cual más temprano que tarde degenerará en una Guerra Civil, ojala y me equivoque al respecto.

Aunque es cierto que por muchos años las grandes potencias han explotado sin misericordia los recursos naturales Latinoamericanos, tal como lo ilustra el escritor uruguayo Eduardo Galeano, no es menos cierto que tenemos que tratar de convivir en este mundo contemporáneo globalizado sin que lo anterior signifique traicionar los intereses de nuestros países, todo en una justa medida, por lo tanto creo que es viable y posible conseguir un poco de justicia social sin recurrir a las armas, a la injuria y al discurso dictatorial de Chávez.

Que el mapa político Latinoamericano hoy en día sea de tendencia social-demócrata solo significa que existe un inconformismo con las políticas ortodoxas adoptadas por sus presidentes hasta el día de hoy. Ojala que estos gobiernos para el bien de todos encuentren una mejor redistribución de la riqueza, y al mismo tiempo no revivan las guerras del pasado que ya habíamos superado, no queremos más conflictos al estilo Sandinistas Vs Contras en nuestras naciones.

Busquemos una Latinoamérica unida y sin odios, sin importar la línea que el pensamiento nos designe, y esto es aplicable también para los partidos políticos colombianos, pues para mi existe una sola realidad: Gobernantes los hay buenos y malos en nuestra fauna político-pluralista, sin importar la tendencia o el color; nuestro deber como electores es escoger bien, a conciencia; sino estaremos condenados a seguir padeciendo los mismos problemas que hemos padecido siempre, hagámoslos por nosotros y por las futuras generaciones.

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