jueves, 13 de agosto de 2009

Un Cumpleaños para el olvido


Por más que trate de disimular mi disgusto estoy bastante indignado por lo sucedido el día 29 de julio cumpleaños de nuestra ciudad dos veces santa.

Un sector gremial conformado por gentes sin escrúpulos que le da igual lo que suceda con Santa Marta, pues no la sienten como suya, toda vez que sencillamente o no son de acá, o nunca lo serán así estén hace 50 años disfrutando de nuestro mar, sino que son chupasangres que lo único que hacen es mal vivir y están empecinados en que todos los demás mal vivamos en nuestro propio terruño, apoyados por uno que otro mal hijo que se hace llamar "Samario" y quienes provocaron desordenes en la ciudad en el día de su efemérides, dizque por un paro cívico, paro que lo único que pretendía era mofarse e irrespetar a la ciudad que los ha acogido como suyos. No hay derecho.

Sabotearse la Homilía que el señor Obispo realiza cada 29 de julio a las 12 del medio día en la Catedral desde tiempos ancestrales es un despropósito y una afrenta contra todos los ciudadanos decentes de la ciudad de Bastidas.

Y donde están los samarios? los de verdad verdad, los que si les duele la ciudad. No los escucho.

Ya es hora de que en esta ciudad se restablezca el orden perdido.

Es por todo lo anterior es que este artículo de 29 de julio no es de congratulación hacía la ciudad que me vio nacer y a la cual amo infinitamente, sino de total indignación para con ese grupo de neandertales que están decididos a hacernos mal vivir.

Ciudadanos de Santa Marta despierten del infame letargo en el que están postrados, no podemos seguir así.

Construyamos entre todos una mejor ciudad y si Usted señor lector es de aquellos que piensa que puede seguir contribuyendo a generar caos y desorden en nuestra patria chica, le recuerdo que somos más los buenos que los malos, y al mismo tiempo lo insto para que se de cuenta de lo fácil que es irse de Santa Marta. Tenemos un puerto marítimo, un aeropuerto, una línea férrea que conecta con ferrovías nacional, y carreteras en ambos sentidos de la Troncal del Caribe y otra más sobre la Troncal de Oriente. Es más si no tiene los medios para poder emigrar no se preocupe que le prestamos sin intereses. Es más no nos pague nunca.

Si decide quedarse, entonces deberá comportarse y obedecer la Ley, así ganamos todos.

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