lunes, 22 de diciembre de 2014

La ciudad sitiada por el Chikunguña

Un Show mediático más


El Alcalde Caicedo despertó tarde ante la Pandemia
El virus del Chikunguña o Chikungunya se ha propagado a la velocidad de un rayo en nuestro trópico; proviene del África y desde hace más de un año hay casos registrados en Centro-América y Las Antillas; actualmente está extendido por toda la zona ecuatorial de nuestra América.

Se tiene muy poca información de esta enfermedad que ya amenaza con ser Pandemia, se sabe que en lengua makonde Chikungunya significa "enfermedad del hombre torcido", porque realmente ese es su mayor síntoma: Dolores insoportables en las articulaciones que nos pueden postrar por días, meses e incluso años (12% de los casos según investigaciones médicas). En resumidas cuentas el paciente involuciona y de repente casi que tiene que caminar como un homínido; la fiebre, el malestar general y el brote en la piel solo son compañeros de viaje.

A la ciudad de Santa Marta llegó hace ya varios meses - o eso es lo que se cree - los casos registrados en hospitales y centros de salud distan a años luz de las estadísticas oficiales, y además hay que tener en cuenta a aquellos enfermos que no se reportan.

Los condenados mosquitos de siempre, el Aedes Aegypti y el Aedes Albopictus son sus transmisores; y nuestras condiciones geográficas y ambientales, sumadas a la poca educación y cultura al respecto hacen que los samarios estemos "Chikunguñados hasta el teque teque"

Y en este rincón macondiano en donde el drama termina convertido en una película de comedia y terror, vemos con preocupación como se enfrentan las diferentes autoridades médicas, pues la disparidad de estadísticas son tan erráticas y ahora comienzan a señalarse los posibles culpables por la falta de prevención y socialización que se le dio a la enfermedad. Solamente es leer este artículo  http://www.hoydiariodelmagdalena.com.co/noticias/ciudad494.html para darnos cuenta de nuestra caricaturesca manera de vivir. La salud pública es un asunto que nunca ha salido del coma en nuestro País y el Distrito Samario no es la excepción.

Desde hace meses la industria turística local ha venido sonando las alarmas, temen por las pérdidas económicas que podrían afrontar en la temporada de vacaciones diciembre-enero, con ocasión del pánico que genera el Chikunguña en los posibles visitantes (Santa Marta es el tercer destino turístico en Colombia). La enfermedad ha trascendido de manera importante en la prensa nacional en los últimos días, haciendo énfasis en las ciudades de Santa Marta y Cartagena.

 Y solo por estos hechos es que observamos indignados en el día de hoy las fotos que el Alcalde Carlos Caicedo se hizo tomar en las últimas horas, posando pomposamente en una jornada de fumigación contra los mosquitos portadores del mal. ¿Y dónde estaba su gobierno antes?

Si bien la fumigación se está haciendo en algunos barrios de la ciudad desde hace algún tiempo, hay que decir que llegó tarde, muy tarde. La improvisación de la Administración Caicedo es un mal congénito, y no podíamos en este caso esperar menos de él. Pero no se trata de solo fumigar, era necesario tratar esta problemática de salud pública de manera integral, con los líderes de barrios, con el sector privado como aliado estratégico, con la comunidad médica, con las diferentes agremiaciones que representan a los distintos sectores de nuestra sociedad. Pero claro, solo cuando la autoridades se ven con el agua hasta el cuello es que pretenden reaccionar.

Es aberrante ver el show mediático de un Alcalde que se empeña siempre en salir en la foto, como si su registro pudiera borrar el desempeño tan pobre que ha tenido su gestión al frente de la ciudad. Los resultados no le ayudan y a pesar que tiene a prensa y media comprada (sobretodo la regional y nacional) el ciudadano del común sabe en el fondo (y en lo llano también) que se equivocó al elegirlo.

Ahora el Alcalde Caicedo aparece en todo acto público en compañía de su posible candidato a sucederlo en el cargo (como lo es el caso de Rafael Martínez). Ellos se ven como pasándose la llama olímpica de una mano a la otra, cuando en realidad se están pasando la miseria y frustración de una ciudad entera.

En resumidas cuentas a Santa Marta le dio Chikunguña apenas este año, pero desde hace muchísimo tiempo venimos soportando graves vejámenes como lo son la codicia desmedida de sus autoridades y la pérdida de valores humanos.

Reza el refrán que "no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista". Deseo pensar que se vienen mejores tiempos para nuestra ciudad y nuestros hijos.

















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