martes, 13 de julio de 2010

Secuestros & Avaricias - Buffet de Abogados




La aberrante conciliación que presentó Ingrid Betancourt ante el Ministerio de Defensa es sencillamente un despropósito; no se trata del valor monetario (para nada despreciables $15 mil millones), pues igual de infame hubiera sido pedir $1 millón, sino lo verdaderamente molesto del asunto es la vil puñalada trapera que recibe la sociedad por parte de esta mujer sin escrúpulos.



La señora Betancourt, no solamente traicionó a una Nación que se solidarizó con ella en su condición de víctima del secuestro, sino que trae en si una desmoralización para todas aquellas personas decentes de Colombia, albañiles, militares heroicos, amas de casas, profesores, choferes de buseta (si incluso ellos, así le tiren a uno el carro encima y violen cuanta señal encuentren en la vía), en fin padres de familia honestos que salen a trabajar el día a día en este país maquiavélico y sufrido, y que todavía nos creemos el cuento de una Colombia mejor. Y es que queriendo imponer una conducta ejemplarizante, a través de una "suma simbólica", la urraca no se da cuenta que con su avaricia ideológica está haciendo más mal que bien.



Los unicos y exclusivos culpables en todo este asunto son las FARC y la Ex Candidata presidencial, quien desobedeció todos los conceptos y consejos que recibió por parte de las fuerzas de seguridad del Estado en cuanto a orden público en la zona del Caguán (por Dios no era el país de nunca jamas, ni el de la maravillosa Alicia, era nada mas y nada menos que la boca del lobo, el fortín de las FARC), y cual heroína desenfrenada, quizo demostrarle al país que ella no le tenía miedo a la guerrilla y a sus secuestros masivos (será que quería más bien repetir la hazaña de Pastrana y su foto con tirofijo, la cual le compró la Casa de Nariño). Probado está que sabía a lo que se enfrentaba, pero terca y orgullosa prendió el kamikaze y se internó por las trochas de la selva.



Y ahora lo que es peor, se acaba de conocer que los políticos secuestrados del Huila ya hacía un par de meses habian interpuesto demandas en igual sentido (Gechen, Gloria Polanco y Consuelo Gonzalez de Perdomo), a los que se les suman los señores Orlando Beltrán y Sigifredo López.



Ya me imagino a los litigantes administrativistas escudriñando la responsabilidad extra contractual del Estado, inventando doctrina y quien sabe que ocho cuartos... si se configuró la falla del servicio o si fue el riesgo excepcional... buscando afanosamente en la Relatoría del Consejo de Estado cuanta jurisprudencia les sirva. Señores Doctores lamento decirles: ¡¡¡No busquen más!!!        Existen las causales de exoneración las cuales son nada más y nada menos entre otras - Culpa exclusiva y determinante de la víctima y el hecho exclusivo y determinante de un tercero. Lo que coloquialmente quiere decir que Ingrid es culpable por arrogante y bruta, y las FARC lo son por ser hijos de la peor madre. Entonces tanto show no les va a servir de nada; pero me temo que los medios estarán pendientes de las demandas ante el Consejo de Estado en su Sección Tercera, e incluso si llegare a la Sala Plena Contenciosa, y claro habrá algún honorable consejero que salvará el voto aduciendo alguna doctrina francesa-vietnamita. Lo verdaderamente cierto es que la demanda de Ingrid Betancourt no podrá prosperar.

Desde luego, siempre aparecen los marcianos, cavernicolas y rasputines como Pablo Emilio Obando, quien en la Revista Semana publica un artículo en donde le da la razón a doña Ingrid, para él, el Estado es el culpable de todo.

Y pensar que la operación Jaque fue un éxito, y que en ella el Gobierno se la jugó toda, hasta su pretigio y credibilidad internacional peligraron al usar los emblemas de la Cruz Roja. Yo se que el fin no justifica los medios, pero la verdad ese día me entró un fresquito y salté como si Colombia hubiera ganado el mundial de fútbol con gol del Pibe en el último minuto.


A Ingrid y a los demás políticos solo les puedo pedir que recapaciten, aunque ya es muy tarde para eso, que lástima que la felicidad por la liberación de unos secuestrados se terminen conjugando en dolor de patria. ¿Que dirían las familias de soldados, policías, políticos, y ciudadanos del común asesinados por esta guerra irracional y fratricida? Sin miedo a equivocarme creería que tragarían saliva, mirarían al cielo y segurían trabajando por un mejor mañana.




No hay comentarios: