sábado, 19 de abril de 2008

Mojando pantalla, la vanidad detrás de las ideas



Esta semana le llegó una carta de contenido quejoso al Presidente Uribe por parte de un grupo de 63 congresistas estadoudinenses; tal misiva buscaba que el primer mandatario le jalara las orejas a su Asesor Presidencial José Obdulio Gaviria, toda vez que supuestamente éste puso en peligro la vida de los organizadores de la pasada marcha del 6 de marzo (convocada contra los paramilitares y su accionar que vulneró todos los derechos humanos desde aquí hasta la tercera luna de Júpiter) al tildar tal convocatoria como un espaldarazo a las FARC. Aunque el señor José Obdulio ejerció libremente su derecho a opinar en el acontecer nacional, también es verdad decir que la prudencia es menester de verdaderos sabios. En lo que si estoy de acuerdo con el asesor estrella es que me parece que tal escrito es una directa intromisión en los asuntos internos de la república.

Lo que está ocurriendo en nuestro país es que todos los funcionarios quieren opinar acerca de todo, impulsado por el afán amarillista de los medios de comunicación (generalmente los televisivos), y es que mojar pantalla se ha convertido en la razón de ser de muchos funcionarios públicos, como si la evaluación de su gestión dependiera del número de veces que salen al aire.

Acá es fácil encontrar declaraciones fuera de tono de algunos Ministros, del Vicepresidente el cual ha salido hasta más de 15 veces a la semana en los noticieros de televisión con su "show de Don Francisco", del Procurador General; y en fin de cuanto servidor público al cual los noticieros le dan papaya para opinar acerca del reciente descubrimiento de unos huevos de dinosaurios en la Patagonia.

Y es que la sobresaturación en las opiniones que nada tienen que ver con las funciones desempeñadas es mayúscula. Un viejo refrán reza "zapatero a tus zapatos".

La Constitución Nacional señala que la rama ejecutiva la conforma el Presidente de la República, los Ministros de Despacho y los Directores de Departamento Administrativo. En caso tal si el Gobierno Nacional quiere fijar su posición acerca de algún tema ahí están los servidores para ello, y además el Jefe de Prensa de la Casa de Nariño. Porque los señores de la prensa televisiva siempre buscan al señor José Obdulio?, tal vez ellos también podrían entrevistar a la Jefe del Departamento Jurídico de palacio, o quizás al Secretario General del Ministerio de Desarrollo Económico, o a lo mejor a algún escolta de la Directora del DAS, o de repente a la señora de los tintos en el INCODER.

La cuestión es muy sencilla si se está hablando de una epidemia de rabia, pues ahí está el Ministro de la Protección social; nada tiene que opinar al respecto el Asesor Presidencial ni el chofer de algún congresista. Igual sucede cuando se trate de la extradición de algún nacional, para eso están el Presidente de la República, los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia, el Fiscal General de la Nación y el Ministro del Interior y de Justicia.

Los medios deben entender que una cosa es transmitir verdades probadas, como es el caso de los videos en donde aparece el guerrillero-narcoterrorista Raúl Reyes haciendo arengas a favor de los gobiernos venezolano y ecuatoriano (motivo por los cuales Chávez y Correa han suplicado que cesen "las desinformaciones en su contra"); y otra muy distinta es picarle la lengua a algún funcionario para que este aproveche el pantallazo y nos de su tesis en cuanto a un tema que nada tiene que ver con su actividad (y entre más incendiarias las declaraciones mejor aún, pues se generan las criticas destructivas en donde las acusaciones van y vienen de todos los flancos) cuyo único fin es vender y ganar rating mediante información amarilla.

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